La cara al viento: Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1956-1981)

La cara al viento: Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1956-1981)

Por Lahcene Chot, Alfonso Martínez Foronda

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Sinopsis

El movimiento estudiantil y el movimiento obrero fueron los dos pilares esenciales de la lucha antifranquista. El movimiento estudiantil en la Universidad de Granada la tercera más mportante de España- emerge en la segunda mitad de los años sesenta creando bien el Sindicato Democrático de Estudiantes Universitarios (SDEUG), bien otras formas de autoorganización que reivindicaban la reforma democrática de la universidad, pero también de las libertades democráticas perdidas tras el triunfo fascista en la guerra civil española. Los muros y pasillos de las facultades, pero también las paredes y las calles de Granada, Jaén, Almería y Málaga fueron sembrados de octavillas, carteles o pintadas que cuestionaban desde los contenidos de la enseñanza hasta la represión indiscriminada del régimen. La Universidad se convirtióen una escuela democrática de ciudadanía organizando todo tipo de actividades culturales alternativas (conferencias, recitales musicales, teatro, cine-clubs o exposiciones) donde confrontaron no sólo con el régimen, sino también con las propias autoridades académicas. El movimiento estudiantil, fruto de su activismo incesante, fue víctima de una doble represión: la gubernativa y académica. La primera deteniendo, encarcelando y/o juzgando a los activistas universitarios; la segunda, aunque de menor intensidad que en otros distritos universitarios, prohibiendo asambleas o reuniones en el interior de los recintos universitarios, cerrando facultades o denegando actos culturales. Fruto de la represión a lo largo de esas dos décadas algunos centenares de universitarios del distrito de Granada sufrieron sus consecuencias: vejaciones o malos tratos físicos y psicológicos en comisarías donde eran trasladados después de ser detenidos en manifestaciones, concentraciones, sentadas o asambleas dentro y fuera de los recintos universitarios. Muchos de ellos dieron con sus huesos en la cárcel cuando fueron condenados por el Tribunal de Orden Público, pero también fueron confinados fuera del distrito universitario tras los estados de excepción o se les impuso cuantiosas multas. A muchos se les denegó la prórroga del servicio militar y, en algún caso, se le expulsóde España. En otros casos, algunos estudiantes sufrieron las agresiones de las bandas de extrema derecha. Y, lo más grave, el asesinato del estudiante Francisco Javier Verdejo, que junto a los tres obreros de la huelga de la construcción de Granada, perdieron sus vidas por defender derechos laborales o las libertades democráticas. Este libro es un homenaje a todos ellos y a todas ellas porque desde su inconformismo y a veces desde un heroísmo no buscado, abrieron ventanas de libertad.

Alfonso Martínez Foronda